Este bolso que comparto con vosotros es del verano pasado.
Lo ideé a partir del retal de unos vaqueros que donaron para la causa (a mí ni flores ni leches, se me gana con trapitos, literal ;P).
Un poco de entretela para darle cuerpo, guata para el acolchado y un forro alegre y ¡voilá! Nuevo juguete.
Le añadí una cadena porque siempre es más cómodo llevarlo colgado, pero la escondo dentro del bolso cuando quiero llevarlo como cartera de mano.
Aquí tenéis unos primeros planos. Como podéis ver, aún conserva la costura original (y las arrugas de los bajos, que no hay quien las quite con la plancha).
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